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‘Perfect Sense’, amor en tiempos de pandemia

´Perfect Sense´ es un recordatorio lírico de la búsqueda del amor y la alegría, incluso cuando el mundo se desmorona. Ojalá el Apocalipsis sea así de bonito.

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La Tierra se encuentra frente a una epidemia global. Una pandemia en la que los infectados pierden progresivamente sus percepciones sensoriales: primero el olfato, luego el gusto, luego el oído y finalmente la vista. La perdida de cada sentido llega acompañado por una abrumadora emoción: Ira, Alegría, Remordimiento, Miedo.

En esta época de histeria colectiva por el Coronavirus, sería muy fácil recomendar películas de desastres que se enfocan en el realismo como Contagion (2011) o se inclinan hacia el elemento de horror como cualquier película de apocalipsis zombie al estilo de 28 Days Later (2002).

En contraste, Perfect Sense (2011) tiene más sensibilidades líricas. Esta es una película sobre seres humanos encontrándose unos a otros y tratando de adaptarse a medida que el mundo se desmorona.

Michael (Ewan McGregor) chef de un restaurante, y Susan (Eva Green), epidemióloga, tienen una relación fugaz. Cuando se hace evidente que el mundo está llegando a su fin, logran darse cuenta de que se necesitan y aman mutuamente.

Para cuando el virus ataca las papilas gustativas, la gente se vuelve loca de hambre y empieza a devorar todo, desde animales crudos hasta tubos de lápiz labial, el sabor de la comida se convierte en un recuerdo lejano.

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´Perfect Sense´ es una agria celebración de la capacidad humana para adaptarse. En su restaurante, Michael compensa la ausencia de olor y sabor centrándose en la textura y el color de la comida, y pronto todo vuelve más o menos a la normalidad.

La vida sigue. La comida se hace más picante, más salada, más dulce, más amarga. Te acostumbras. La mayor pérdida son todos los recuerdos que ya no puedes recordar. El olfato y la memoria estaban conectados en el cerebro. La canela podría haberte recordado el delantal de tu abuela. Sin el olfato, un océano de imágenes pasadas desaparecen.

La adaptación tiene sus límites cuando la tercera ola de la enfermedad golpea, afectando a la audición, desencadena el caos mundial. La sordera es precedida por estallidos de rabia violenta. La peste se globaliza, propagando el caos, el odio y la violencia; las calles se convierten en campos de batalla.

Pero incluso en los momentos más aterradores y desesperados, en todos nosotros surge la necesidad intrínseca de encontrar una conexión con otro ser humano. A pesar de todo, la vida sigue.

Vi la película hace muchos años y me pareció bellísima en su momento. Hace un par de semanas me pareció que era una época adecuada para volverla a ver… y me sigue impactando.

A pesar de ser una representación bellísima de una pandemia global, también es muy aterradora. El apocalipsis que nos presentan en este filme da más miedo que una invasión alienígena, caída de un meteorito, desastre climático global, etc… porque es muy probable que en la realidad la humanidad llegue a su fin debido a una peste viral.

´Perfect Sense´ es un recordatorio lírico de la búsqueda del amor y la alegría, incluso cuando el mundo se desmorona. Ojalá el Apocalipsis sea así de bonito.

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