Reseña: ‘Zone of Interest’ (2023)

Zona de Interés es una cinta Británica, pero hecha en su totalidad en alemán. De ahí que en los BAFTA haya ganado como Mejor Película Británica y Mejor Película en Idioma Extranjero.

Pero bueno, todavía no comenzamos a hablar de ella y ya la estamos presumiendo como si la hubiésemos hecho nosotros mismos. 

Basada en la novela homónima de Martin Amis, Zona de Interés se desarrolla en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial justo a unos centímetros del infame campo de concentración de Auschwitz. 

La película cuenta la historia de Rudolf Höss, comandante de Auschwitz, y su esposa Hedwig, que se esfuerzan por construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín cerca del campo.

La cosa se pone bien extraña y logra su cometido de causar incomodidad a través del contraste que es la presencia de ese actor sin rostro: el audio. 

En la cinta vemos la vida cualquiera de unos whitelemans, ok, me mamé con el término, pero para que me entiendan, es la vida ordinaria de una burguesía alemana establecida a centímetros de la pared que amuralla el campo de concentración más letal de toda la segunda guerra mundial. 

Cosas tan habituales como hacer el desayuno, ver a las señoras chismorrear o a los niños jugar en su patio trasero mientras los sonidos de su día a día son balazos, gritos militares o sollozos te hacen estremecer al pensar que no es nada lejano a lo que tenemos hoy en día. 

Y es que, a título personal, no me imagino lo inhumano que debe de ser tener una vida de privilegios con un genocidio en la puerta de a lado, ¿verdad Israel? 

La cinta es poderosísima sin tener que mostrar más allá de unas cuantas gotas de sangre, por lo que reconozco que no cualquiera debería ir a verla. 

Aún la encuentras en cines y ciclos de cineclubs, pero si quieres esperar a que termine la temporada de premios, es muy probable que Amazon Prime Video nos la traiga en abril como muchos productos de A24 que han llegado primero a su plataforma.