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Daryl Hannah dice que se saltó los ensayos de besos con Tom Hanks en ‘Splash’: «Tan embarazoso».

Para las escenas submarinas, ser una sirena desnuda también significaba asegurarse de «tener mi cabello pegado a mis senos».

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Hace ya 40 años, el 9 de marzo de 1984, que se estrenó la película «Splash», lo que llevó a la estrella Daryl Hannah a rememorar sus sentimientos acerca de desnudarse en la pantalla y besar a Tom Hanks.

Hannah compartió con People que, a pesar de su cariño por la película, filmarla no siempre fue pan comido. Con tan solo 23 años, «todavía no había tenido un novio en serio» y se sentía «increíblemente ansiosa» por las escenas de besos y desnudos.

«Esa primera vez, cuando no conoces a alguien y tienes que besarlos, es tan incómodo», expresó Hannah. En lugar de enfrentar las escenas de besos en los ensayos, Hannah prefería saltárselas hasta sentirse lista para cruzar esa barrera con el primer beso con su compañero de reparto.

El personaje de Hannah, Madison, salva la vida de un niño, quien se enamora de ella al llegar a la adultez. El director Ron Howard ideó que «mi cabello cubriera mis senos, porque no querían que llevara algún tipo de sostén en forma de concha o algo así, lo cual comprendí», comentó Hannah.

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No obstante, según la actriz, esto resultaba en que, al filmar escenas bajo el agua, «me aseguraba de tener mi cabello pegado a mis senos».

Howard mismo describió a Hannah como «asombrosa» durante el rodaje. No parecía notar esa ansiedad y dijo que ella entendía que era algo necesario para la película. Pero comprendía a su personaje como una criatura, una criatura muy natural, orgánica y de espíritu libre.

En 2016, Hannah le contó a Empire que, a pesar de no cubrir mucho, su traje de sirena tardaba horas en ensamblarse. Compuesto de látex y branquias pintadas a mano, a veces la actriz pasaba hasta ocho horas en la silla de maquillaje.

«Fue un proceso de aprendizaje sobre cómo no solo hacer que se mantuviera y pareciera sin costuras, sino también pesarlo lo suficiente para sumergirme pero no tanto como para hundirme en el fondo»,

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Un problema significativo con el traje: una vez dentro, debía permanecer dentro, sin importar las circunstancias. «Si necesitaba ir al baño, eso arruinaría todo el día de filmación porque tardaba tanto en ponerme y quitarme», agregó Hannah.

El traje también resultaba doloroso de llevar cuando no estaba en el agua, así que Hanks le daba bocadillos mientras ella permanecía en la piscina. Hannah bromeó: «Era como un delfín varado, recostada donde la grúa me colocara en el muelle o en una camilla. Estaba a merced de todos».



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