«Steven Soderbergh lanzó un drama de baloncesto emocionante con 91% en Rotten Tomatoes, ¡pero casi no trata sobre el deporte!»

Steven Soderbergh ha vuelto a sorprender con su más reciente proyecto, “High Flying Bird”, una película que, aunque gira en torno al baloncesto, va mucho más allá de lo meramente deportivo. Esta obra ha logrado un impresionante 91% en Rotten Tomatoes, destacándose por su enfoque audaz y actual sobre el negocio del deporte, en lugar de centrarse únicamente en la acción dentro de la cancha.

La trama se desarrolla en medio de un conflicto significativo en la NBA, específicamente durante un paro que afecta a la liga. Aquí, conocemos a Ray Burke, un astuto agente deportivo interpretado por André Holland, quien se encuentra atrapado entre las exigencias de los directivos y los sueños de su joven cliente, Erick Scott (Melvin Gregg). En un tiempo limitado, Ray debe encontrar la manera de reactivar el juego y ofrecer a Erick un trato que no solo lo beneficie, sino que también empodere a los jugadores en un entorno dominado por los ejecutivos de alto nivel.

Uno de los aspectos que realmente distingue a “High Flying Bird” es el enfoque experimental de Soderbergh. Filmada completamente con un iPhone, la película no solo le permitió al director mantener los costos de producción a raya, sino que también ofrece una estética visual que refleja la vida cotidiana llena de tecnología y medios. Esta elección de producción es un testimonio del innovador estilo de Soderbergh, quien siempre ha buscado nuevas formas de contar historias.

En el corazón de la película se encuentra una crítica profunda a la manera en que los atletas son tratados como mercancías por los propietarios de la liga. A través de la intriga empresarial, «High Flying Bird» da una vuelta a la narrativa tradicional del deporte al abordar cómo los jugadores pueden retomar el control de su destino económico. Ray usa tácticas ingeniosas, como el streaming de partidos no autorizados, para presionar a los dueños de la liga y asegurar mejores tratos para su cliente.

El guion de Tarell Alvin McCraney enriquece aún más la historia, proporcionando un diálogo que es tanto entretenido como provocador. La película cuenta con un elenco notable que incluye a Zazie Beetz, Bill Duke y Zachary Quinto, quienes aportan su talento al relato apasionante que Soderbergh ha tejido. Aunque muchos podrían esperar un clásico drama deportivo, lo que realmente obtienen es una crítica social potente en un entorno deportivo.

El empoderamiento de los jugadores es un tema central en la película. A medida que la historia avanza, queda claro que aunque la vida en la cancha puede ser emocionante, son las decisiones tomadas en la oficina las que verdaderamente afectan la carrera de un deportista. Con personajes complejos y una trama rica en estrategias y negociaciones, “High Flying Bird” se asemeja más a un juego de ajedrez que a un simple juego de baloncesto.

Además, la película resuena especialmente con el contexto actual del deporte, donde la imagen pública y la comercialización son tan vitales como el desempeño físico. Ray reconoce que los jugadores no solo son atletas, sino también marcas, lo que les brinda una nueva forma de poder en un sistema que a menudo los marginaliza.

En resumen, “High Flying Bird” es un espectacular ejemplo de cómo Soderbergh sigue innovando en la narrativa contemporánea, ofreciendo una película que es tanto entretenida como profunda. Un filme que nos lleva detrás de las cortinas del baloncesto y nos muestra un panorama que muchos aficionados no han considerado. Sin duda, es una experiencia cinematográfica que no te querrás perder.

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