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«¡Eso es historia en el edificio! Trump se convierte en el primer presidente en funciones en asistir al Super Bowl.»
¡Historia en el aire! Trump hace su debut en el Super Bowl como el primer presidente en funciones.

El Super Bowl LIX estuvo lleno de emociones, no solo por el gran juego entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, sino también por la aparición notable de Donald Trump, quien ya se había ganado su «touchdown» político antes de que comenzara el partido. Al pisar el césped del Superdome, recibió tanto aplausos como abucheos de la multitud, mostrando la polarización que genera su figura en la política estadounidense.
Antes del juego, Trump tuvo un emotivo momento al saludar a las familias de las víctimas del atentado del 1 de enero en Bourbon Street, lo que le dio un tono más serio a su presencia. En medio de una fuerte seguridad, que incluyó agentes del Servicio Secreto y una gran cantidad de miembros de las fuerzas del orden, Trump se subió al campo mientras los Chiefs y los Eagles se preparaban para jugar.
Mientras Trump hacía su entrada, Joe Biden, involucrado en su campaña electoral para 2024, se había negado a dar una entrevista pre-grabada en el evento, lo que contrasta con la audacia de Trump de buscar el foco de atención en un evento que reúne a millones de espectadores. Este clásico movimiento de Trump, que a menudo busca posicionarse de manera intrépida, pareciera tener éxito una vez más.
Además, Trump realizó una entrevista con Fox, donde tocó temas variados desde su deseo de anexionar Canadá hasta sus opiniones sobre Elon Musk y las tarifas comerciales. A pesar de ser interrumpido, encontró tiempo para dar su pronóstico sobre el juego, elogiando al mariscal de campo de los Chiefs, Patrick Mahomes, y mostrando su preferencia por Kansas City.
El evento también se destacó por documentos de seguridad, ya que el Departamento de Seguridad Nacional había clasificado el partido como un evento de nivel 1 en términos de riesgo. La tensión y el despliegue de seguridad no solo estaban en el campo, sino que reflejaban un ambiente muy controlado y marcado por la presencia de personalidades destacadas.
Entre los asistentes también se encontraban figuras como Jill Biden, quien demuestra que el evento atrae a una diversidad de personalidades, incluso a aquellas que no son precisamente afines a Trump. Celebridades como Timothée Chalamet y Taylor Swift también estaban presentes, añadiendo un aire de glamour al Super Bowl.
En medio de la gran celebración del fútbol, Trump envió un mensaje a la nación sobre la unidad que el deporte puede fomentar y recordó a las familias de las víctimas del ataque en Nueva Orleans. La mezcla de festividad con un recordatorio de la tragedia hizo que el evento tuviera múltiples capas de significado.
Finalmente, el despliegue de seguridad y los preparativos para el evento fueron evidencia del estatus elevado que Trump sigue teniendo en la escena pública, mientras que el Super Bowl continúa siendo un evento que, más allá de lo deportivo, se convierte en un escaparate de la política y la cultura estadounidense.