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«El mayor fracaso del brutalista podría ser no hacer responsable a este personaje»
El mayor fracaso del brutalista podría ser no hacer responsable a este personaje.

La película «The Brutalist» ha levantado muchas preguntas tras su estreno, particularmente sobre el papel de Zsófia, interpretada por Raffey Cassidy. Aunque su tiempo en pantalla es limitado, su personaje es clave para la narrativa. Zsófia es una sobreviviente del Holocausto que representa las diversas formas en que los migrantes interpretan el sueño americano, pero su historia es tristemente ignorada en el desarrollo de la película.
A pesar de su relevancia, Zsófia y su experiencia traumática son minimizadas, dejando de lado sus interacciones y su impacto emocional. La historia se centra en László (Adrien Brody), dejando a Zsófia como una figura silenciada, a pesar de que su lado de la historia podría haber aportado mucho a la trama principal. Su llegada a América y las dificultades que enfrenta, como su mutismo por trauma, podrían haber enriquecido el guion.
Otro punto importante es la violencia de género que ocurre dentro del film, donde Harry Van Buren (Joe Alwyn) trata a Zsófia de una manera despreciativa y abusiva. A pesar de esto, nunca enfrenta consecuencias por su comportamiento. La película nos muestra una escena perturbadora que sugiere un posible asalto, pero esta situación queda tan velada que genera confusión sobre la gravedad de lo que ocurrió, y se siente como que su historia merece mayor atención.
La falta de responsabilidad hacia los personajes que cometen actos crueles es otra crítica clave. Si bien Harrison (Guy Pearce) es confrontado por sus actos, Harry permanece en las sombras, sin recibir el mismo escrutinio, lo que deja un vacío en la justicia narrativa que debería haberse dado a Zsófia. Esta omisión resulta en un final insatisfactorio tanto para los personajes como para el público.
En el clímax de «The Brutalist», Erzsébet (Felicity Jones) confronta a Harrison, pero su discurso no abarca la misma intensidad hacia los actos de Harry, lo que puede dar la impresión de que este tipo de comportamiento es tolerado o ignorado. A lo largo de la película, Harry se comporta de manera abusiva, y es decepcionante que nunca se le ponga en el centro de la crítica.
La decisión de no profundizar en la historia de Zsófia deja al espectador con la sensación de que el guion ha desperdiciado una gran oportunidad para abordar temas de trauma, abuso y la experiencia del migrante de una manera significativa. La falta de desarrollo de su narrativa no solo afecta a su personaje, sino que también desdibuja un importante aspecto de la historia en su conjunto.
En resumen, «The Brutalist» tiene sus aciertos, especialmente en la actuación de Brody y el impacto visual de su narrativa. Sin embargo, la película queda débil al no rendir cuentas a Zsófia y a los actos de violencia que ella enfrenta. Esto crea una desconexión que puede frustrar a los espectadores que buscan una representación más profunda de las experiencias de los personajes.
Así que, si estás buscando una película que trate temas de resiliencia, trauma y la lucha por la justicia, quizás «The Brutalist» te deje con algunas preguntas sin responder. La historia de Zsófia merece un lugar protagónico, y su conclusión es un recordatorio de que no todas las historias son escuchadas.