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Reseña de «Proyecto Zodiac Killer»: Una sesión terapéutica de true crime llena de ego | Sundance 2025
Reseña de «Proyecto Zodiac Killer»: Una exploración psicológica del true crime que no te dejará indiferente | Sundance 2025.

El documental «Zodiac Killer Project», dirigido por Charlie Shackleton, ha generado revuelo tras su estreno en el Festival de Sundance 2025, pero no por las razones que uno esperaría. En lugar de ofrecer una narrativa sensible sobre el infame asesino en serie, este proyecto parece más un monólogo egoísta que sólo reflexiona sobre las frustraciones del director respecto a un proyecto fallido. La revisión de la película resalta la falta de conciencia de Shackleton sobre la naturaleza problemática del género true crime.
La premisa gira en torno a Shackleton intentando traer a la vida un documental sobre el caso del Zodiaco, inspirado en un libro de Lyndon E. Lafferty, exoficial que se obsesionó con el caso. Sin embargo, debido a problemas de derechos, no pudo utilizar el material original, lo que obligó al director a centrar la atención en sí mismo y no en la historia que pretendía contar. Esta auto-referencia resulta en una crítica vacía y poco profunda de la cultura del true crime.
Durante el filme, Shackleton se dedica a desmenuzar cómo habría abordado el documental en un enfoque casi académico, pero sin un trasfondo de empatía hacia las víctimas. A pesar de que menciona las implicaciones éticas en la filmación sobre crímenes reales, su análisis se siente superficial, como si se limitara a cumplir con una checklist de lo que se espera en un documental de este tipo.
El tono del «Zodiac Killer Project» se vuelve casi cómico en ciertos momentos, lo que contrasta de manera dolorosa con la seriedad del crimen que se discute. Esto deja a los espectadores preguntándose quién realmente merece ser el centro de atención: el director o las víctimas devastadas por la brutalidad del Zodiaco. Esto logra desviar el foco de la historia original, que debería haber sido sobre el horror del asesino y sus víctimas.
Shackleton se arroja a sí mismo en el centro de la narrativa, lo que no sólo desvirtúa el foco del caso, sino que también parece trivializar el sufrimiento humano en favor de una experiencia de entretenimiento. La ausencia total de dramatizaciones, que podría haber servido para sumar un tono más respetuoso, solo acentúa la falta de sustancia en su presentación.
Además, el análisis del género que presenta parece admirar la explotación del horror en lugar de criticarla. Su representación superficial de las atrocidades cometidas por el Zodiaco refuerza la idea de que muchos en la industria están más interesados en las ganancias que en la conclusión ética de sus relatos.
En lugar de explorar realmente las tragedias de las víctimas, «Zodiac Killer Project» termina siendo una especie de «sesión de terapia» para el director, lejos de ofrecer un comentario valioso sobre el entretenimiento true crime. Así que, a pesar de ser una plataforma que podría haber impulsado un diálogo significativo, termina siendo un recordatorio de las lagunas éticas que pueden existir en la producción de este tipo de contenido.
Finalmente, la película termina siendo una crítica fallida a la cultura del true crime, lo que deja a los espectadores deseando que alguien reconsidere cómo se abordan estos temas tan delicados en el cine. «Zodiac Killer Project» ha demostrado que a veces, es mejor escuchar a las voces de las víctimas que a la de quien aspira a ser el próximo gran narrador del horror.
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