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Reseña de «‘By Design’: Juliette Lewis se convierte en una silla en una dramedy única que se pierde en su propia ambición | Sundance 2025
«Juliette Lewis se transforma en una silla en ‘By Design’: una dramedy única que se ahoga en su propia ambición | Sundance 2025»

La película «By Design», dirigida por Amanda Kramer, es una curiosa mezcla de comedia y drama que seguramente hará levantar cejas en el Festival de Sundance 2025. Juliette Lewis protagoniza a Camille, una mujer atrapada en una rutina monótona, que acaba deseando convertirse en un mueble, específicamente en una silla que le fascina. Esta peculiar historia nos atrapa en su originalidad, al explorar temas de objetificación femenina de una manera surrealista y única.
La narrativa se enfoca en cómo Camille, después de un deseo casi mágico, se convierte efectivamente en una silla, llevándola a experimentar un nuevo sentido de valor a través de la admiración de su nuevo propietario, un pianista llamado Olivier, interpretado por Mamoudou Athie. A través de esta transformación, el filme nos invita a reflexionar sobre el papel que jugamos en la vida de los demás y cómo a veces nos sentimos como meros objetos de deseo o utilidad.
La película destaca por su estilo visual llamativo, utilizando imágenes al estilo de un catálogo de tienda por departamentos, combinado con elementos de danza interpretativa para transmitir las emociones de su protagonista. Sin embargo, esta audacia artística viene con sus desafíos, ya que a veces las ideas innovadoras pueden sentirse pesadas o difíciles de digerir para el espectador.
«By Design» también aborda la falta de comunicación efectiva y la superficialidad en las interacciones humanas. Las conversaciones entre las amigas de Camille se convierten en competencias para ver quién tiene el mejor comentario, mientras Camille permanece en un estado de mudez, lo que refleja la desconexión personal que experimentan muchos en la vida moderna.
A pesar de sus méritos, la película no siempre logra conectar de manera consistente. Algunas escenas se sienten alargadas y su tono puede resultar confuso, ya que la narrativa a veces se pierde en sus propias ambiciones. Este riesgo de experimentar con el silencio y el surrealismo puede dejar a algunos espectadores anhelando más sustancia y claridad en el desarrollo de la trama.
El uso del humor negro también juega un papel importante, mezclando risas con momentos de introspección y tristeza. La interacción de Camille con sus amigas, quienes intentan ayudarla mientras lidian con su propia frustración, añade un giro peculiar al cuento, convirtiéndolo en una especie de sátira social.
Los actores entregan actuaciones memorables, especialmente Lewis, quien logra capturar la esencia de su personaje a través de gestos sutiles y momentos cómicos, mientras navega por las complejidades de su existencia de «silla». Sin embargo, personajes como el tocador de tap, interpretado por Clifton Collins Jr., pueden sentirse un tanto fuera de lugar, haciendo que algunos momentos caigan en la exageración.
En resumen, «By Design» es una obra que juega con la extravagancia y la autoexploración, aunque no siempre logra sus objetivos narrativos. A medida que se presenta en Sundance, seguramente dividirá opiniones entre quienes celebran su audacia y quienes preferirían una narrativa más convencional. Sin duda, será un filme que dará de qué hablar, tanto por sus elecciones creativas como por la reflexión que induce alrededor de la identidad y la existencia.
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