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El lado más aterrador de esta secuela olvidada de ‘Nosferatu’ fue su producción maldita.
El lado más aterrador de esta secuela olvidada de ‘Nosferatu’ fue su producción maldita.

¿Te imaginas que una película tan infame como ‘Nosferatu in Venice’, un intento no oficial de secuela del clásico de terror, sufriese la maldición de una producción caótica? Resulta que esto ocurrió en 1988, y hoy vamos a desmenuzar los aspectos más aterradores de este filme que casi cae en el olvido. La historia original de ‘Nosferatu’, que adaptó sin permiso la obra de Bram Stoker, ha tenido remakes y homenajes, pero esta secuela en particular se caracterizó por su desastre en el set de filmación.
El director Augusto Caminito se embarcó en esta aventura sin apoyo de los actores principales de ‘Nosferatu’. La única cara conocida fue la de Klaus Kinski, famoso por sus arranques de locura. Inicialmente, Kinski interpretó al conde en una versión previa, pero aquí se le presenta como un Nosferatu que busca la paz eterna en un siglo lleno de cambios, revive por medio de una sesión de espiritismo. Es una historia que llama la atención pero que rápidamente se siente hueca debido a su producción desmoronada.
Tres directores pasaron por este proyecto, y todos abandonaron tras conflictos con Kinski, quien mostró su verdadera naturaleza temperamental al ignorar las instrucciones y agredir a su director, Mario Caiano. Este caos organizativo se notó en la película; carece de dirección clara y de un enfoque sólido, lo que provocó que escenas interesantes, como danzas flamencas relacionadas con el vampiro, desaparecieran sin explicación.
La atmósfera visual de ‘Nosferatu in Venice’ no logra capturar el terror del clásico original. A pesar de contar con una cinematografía que muestra lo bello y lo espeluznante de Venecia, la falta de narrativa efectiva hace que estas imágenes se sientan vacías. Las actuaciones de actores renombrados no logran rescatar la trama, que se siente dispersa y sin propósito.
Por otro lado, el comportamiento errático de Kinski se volvió un obstáculo de producción insuperable. Sus actitudes desafiantes y presuntos casos de acoso sexual en el set generaron que el equipo dejara de trabajar hasta que él se disculpara, lo que provocó un corte abrupto en la filmación. Todo esto contribuyó a un producto final que se percibe como inestable y turbio.
Aún después de su muerte, Kinski continuó siendo un tema de debate, especialmente cuando su hija reveló en una autobiografía que él la había abusado. Esta revelación oscurece aún más cualquier recuerdo de su carrera. El drama fuera de pantalla ensombrece ‘Nosferatu in Venice’, convirtiéndola en un recordatorio de que hay situaciones mucho más siniestras que las que podemos ver en la pantalla.
La película ha sido relegada al olvido, con una reciente disponibilidad en plataformas de streaming como Tubi, aún muchos la consideran un interesante título para ver. Si eres amante del cine de terror, siempre hay algo que aprender de los tropiezos de la industria y sus historias tenebrosas, que son casi tan intrigantes como las películas mismas.
En resumen, ‘Nosferatu in Venice’ es un testimonio de lo que puede suceder cuando el talento y el caos se encuentran en el escenario. Su producción tortuosa y la historia oscura detrás de la vida de Kinski ofrecen un espectáculo que trasciende el propio horror de sus escenas. Si puedes manejar las fallas, quizás te encuentres con algo verdaderamente atractivo en esta insólita secuela.
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