El gobierno del Reino Unido “no tiene planes” para el impuesto a las plataformas de streaming en medio de la crisis de financiamiento en guiones.

En el mundo del streaming, siempre hay movimientos interesantes y cambios de políticas que podrían influir en la manera en que consumimos contenido. Recientemente, el gobierno británico ha decidido no seguir la tendencia europea de implementar un «streamer levy», que es básicamente un impuesto que los servicios de streaming, como Netflix, tendrían que pagar para financiar contenido local. Esto fue confirmado por Sir Chris Bryant, el ministro de industrias creativas, quien dijo que no tienen planes de adoptar esta medida.

La propuesta de un impuesto para los streamers, que fue impulsada por el director de ‘Wolf Hall’, Peter Kosminsky, sugería que estos deberían contribuir con un 5% de sus ingresos de suscripciones en el Reino Unido a un fondo cultural. Sin embargo, la falta de apoyo del gobierno podría ser un golpe para muchas producciones británicas que enfrentan dificultades de financiamiento, incluyendo algunas que ya estaban aprobadas, pero que están “atascadas” en su desarrollo.

Aunque el gobierno desestima la idea de este impuesto, el British Film Institute (BFI) está investigando más a fondo cómo podría funcionar un esquema así. El director del BFI, Ben Roberts, mencionó que están realizando un análisis del impacto potencial en la industria cinematográfica del Reino Unido. Sin embargo, advirtió que no hay un consenso claro sobre si esta sería la manera correcta de proceder.

En comparación, en países como Francia, los streamers deben invertir un 20% de sus ingresos locales en contenido nacional; en Dinamarca, hay un impuesto del 5% para apoyar producciones cinematográficas. Estas diferencias internacionales reflejan una variedad de enfoques ante el financiamiento de contenido local, algo que el Reino Unido ha evitado en gran medida gracias a la fuerte inversión de plataformas como Netflix en producciones británicas, como la película ‘Baby Reindeer’.

La situación se complica ya que los streamers parecen estar retirándose de algunas coproducciones con las emisoras británicas, lo que exacerba la crisis de financiamiento. Un alto número de producciones que ya contaban con luz verde están enfrentando dificultades para entrar en producción. La BBC advirtió que la falta de fondos está creando un campo de batalla difícil donde incluso producciones prestigiosas están en riesgo de no ser realizadas.

La BBC delineó que esta crisis es resultado de varios factores en combinación. Desde un mercado de ventas global complicado, hasta la alta inflación que ha elevado el costo de producción. Todo esto se ha entrelazado y ha causado que los socios de coproducción se alejen y se muestren reacios a compartir derechos.

Mientras tanto, entre el ruido político y las dificultades de financiamiento, títulos como ‘Baby Reindeer’ continúan emergiendo en el horizonte del streaming. Este cine británico se convierte en una pieza clave que aún puede captar la atención del público, a pesar de los desafíos que encaran las producciones locales.

En resumen, la postura del gobierno del Reino Unido sobre no introducir un «streamer levy» podría tener repercusiones a largo plazo en la producción de contenido nacional, afectando no solo a la industria sino también a los espectadores que disfrutan del material local. Sin embargo, se está buscando un equilibrio que beneficie a ambas partes: creadores y plataformas de streaming.

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