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El director de ‘Wolf Hall’, Peter Kosminsky, advierte que los dramaturgos británicos están en riesgo de hacer “autocensura insidiosa” por la crisis de financiamiento.

**Peter Kosminsky advierte sobre la autocensura en dramaturgos británicos debido a la crisis de financiamiento**

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Estamos en tiempos complicados para la producción de dramas británicos. Peter Kosminsky, un director aclamado que ha ganado un BAFTA, ha salido a hablar sobre una crisis de financiamiento que afecta este sector. En una entrevista con Deadline, Kosminsky describe esta situación como «la mayor crisis que hemos enfrentado en mi vida laboral». El temor principal es que la industria comience a autocensurarse, dejando de lado series provocativas de interés público por miedo a no conseguir el financiamiento necesario.

En el Reino Unido, la comunidad creativa está encendida por la falta de apoyo económico. Con las plataformas de streaming de Estados Unidos alejándose de las coproducciones, la situación se ha vuelto aún más crítica. La escasez de avances en ventas internacionales, la inflación persistente y los recortes en el financiamiento de la BBC han creado una tormenta perfecta que limita las posibilidades de que nuevos proyectos vean la luz.

Kosminsky estima que hay alrededor de 15 series británicas ya aprobadas que no han podido empezar su producción debido a la falta de fondos. Esta situación ha dejado muchos proyectos, incluida la adaptación de «Shuggie Bain», en un estado de limbo. Es una realidad inquietante que puede poner en peligro la rica tradición de la creación de dramas en el Reino Unido.

Lo más preocupante es que Kosminsky ve que la crisis puede intensificarse. Según él, muchos creadores de contenido se están desincentivando y prefieren no presentar proyectos que saben que no tienen chance de financiamiento. Este fenómeno se traduce en un tipo de «autocensura silenciosa» que podría llevar a la desaparición gradual de dramas relevantes que han marcado momentos importantes en la historia social británica.

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El director hace una analogía con el colapso de fábricas de acero en el Reino Unido, donde una fuerza laboral calificada se desvaneció. «Si llegamos al punto de no poder producir este tipo de dramas porque las plataformas no creen que tengan alcance internacional, entonces estamos en una situación desesperada», expresa Kosminsky.

Como ejemplo personal, el director menciona un proyecto sobre el incendio del Grenfell Tower, que ha sido aprobado por la BBC—un drama complicado que implica efectos especiales y un elenco considerable. En este clima de incertidumbre, Kosminsky se pregunta cómo se logrará realizar dicha producción.

Para enfrentar esta crisis, sugiere que las plataformas de streaming como Netflix y Amazon Prime deberían aportar un 5% de sus ingresos por suscripción en el Reino Unido a un fondo cultural destinado a contenidos británicos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, los ministros del gobierno han descartado esta propuesta.

La resistencia por parte del gobierno puede estar relacionada con el temor a que una medida así desestabilice el ecosistema actual de producciones, ya que grupos como Netflix y Apple TV+ han mostrado un interés considerable en invertir en dramas británicos. Pero Kosminsky no está convencido de que esta argumentación sea válida. ¿Lograrán encontrar una solución que permita revivir la producción de dramas impactantes en el Reino Unido? ¡Seguiremos atentos!

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