El director de «The Brutalist», Brady Corbet, aclara que el uso de IA en la edición de diálogos en húngaro fue solo para eso; asegura que las actuaciones de Adrien Brody y Felicity Jones son completamente auténticas.

El director Brady Corbet ha respondido a las recientes polémicas sobre el uso de inteligencia artificial en su película galardonada, ‘The Brutalist’. La película ha sido reconocida con múltiples premios Golden Globe, y el asunto en cuestión se centra en cómo se ha utilizado la tecnología AI para perfeccionar los acentos húngaros de los protagonistas, Adrien Brody y Felicity Jones. En una declaración, Corbet enfatizó que la actuación de ambos actores es genuina y que trabajaron arduamente con un entrenador de dialectos para lograr los acentos correctos. La tecnología se utilizó únicamente para mejorar el diálogo en húngaro, sin alterar las actuaciones originales.

Corbet explicó que la técnica Respeecher se utilizó para ajustar ciertos sonidos, garantizando que las voces de los actores mantuvieran su autenticidad al hablar en otro idioma. Este hecho ha suscitado debates sobre la ética del uso de AI en el cine, aunque el director defendió que este proceso es común en la industria. Además, enfatizó que el objetivo era preservar la esencia de las actuaciones dentro de un enfoque técnico que siempre apunta al respeto y la autenticidad.

La controversia se intensificó después de que el editor de la película revelara que el proceso de producción incluyó el uso de una herramienta de AI que ayudó a mejorar las voces de los actores. Aunque algunos profesionales ven esto como un avance, otros plantean dudas sobre la validez de las actuaciones cuando se utiliza la AI. En este tipo de debates se cuestiona si este uso puede compararse al de producciones anteriores donde se han hecho arreglos en el audio, como en ‘Bohemian Rhapsody’.

Además de la cuestión de los acentos, ‘The Brutalist’ también implicó la creación de imágenes arquitectónicas mediante técnicas de AI. Sin embargo, Corbet y su equipo aclararon que todas las imágenes de edificios fueron dibujadas a mano por artistas, utilizando AI solo para ciertos detalles que no podrían capturarse físicamente debido a limitaciones de tiempo y recursos.

La película, que se desarrolla en un período de tres décadas, narra la historia de un arquitecto húngaro judío que busca reconstruir su vida en Estados Unidos tras sobrevivir al Holocausto. Con una meticulosa atención al detalle, se ha logrado captar la complejidad de la narrativa sin perder de vista la experiencia humana detrás de cada personaje y su historia.

La película, producida de manera independiente y estrenada en el Festival de Cine de Venecia, ha captado la atención de críticos y públicos por su enfoque en las luchas del pasado y los lazos humanos. A24, la distribuidora, ha decidido hacer una fuerte apuesta por el filme, que ha sido bien recibido no solo a nivel de audiencia, sino también en la competencia por los premios.

Corbet, un ferviente defensor de la producción tradicional de cine, ha sido reconocido no solo por su dirección, sino también por la valentía de abordar temas sensibles en su obra. A medida que los debates sobre AI en la industria del cine continúan, Corbet mantiene que su equipo ha sido fundamental para crear una obra que respete la complejidad de su tema.

En conclusión, el caso de ‘The Brutalist’ abre la puerta a una discusión más amplia sobre el uso de la inteligencia artificial en la producción cinematográfica, una práctica que, aunque polémica, podría ampliar las capacidades creativas en un mundo en constante evolución tecnológica.

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